jueves, 29 de diciembre de 2022

Marcial Torres, Pelé y Muhammad Ali


El fallecimiento del “Rey Pelé”, también conocido por muy pocos como Edson Arantes do Nascimento conmovió al mundo el 29 de diciembre de 2022, pocos días después de culminar el mundial de fútbol que se celebró en Qatar.

Pelé fue el principal referente del fútbol, deporte en torno a cuya figura logró la Federación Internacional de Fútbol Asociado   -Fifa- convertir a la disciplina en un fenómeno de masas, cuyos eventos son vistos por miles de millones de aficionados a través de la televisión como bien lo pudimos comprobar recientemente cuando Argentina conquistó su tercer título.

Todo eso que se mueve en torno a los mundiales de fútbol se debe en gran parte a Pelé, la primera gran figura del deporte que pudo proyectar su liderazgo a través de la televisión.

Su trascendencia tiene muchos matices, pero uno en particular no llamará mucho la atención en este mundo actual de inmediatismos, redes sociales, “influencers” y sus consecuencias. En los medios impresos tres décadas atrás, el corrector de un diario deportivo dijo una frase que intentaba explicar a todos que la primera página (tapa o "manchón") del diario no sufriría alteraciones por alguna razón en particular que no viene al caso:

NO CAMBIA LA PORTADA A MENOS QUE MUERA PELÉ O MUHAMMAD ALÍ

Marcial Torres, corrector del diario Meridiano por varios decenios, fue a quien se la escuché. Aunque dudo que haya sido el autor sí fue de quien aprendí que esa noche había una orden muy clara al respecto en el impreso deportivo, que la primera página no se tocaba.  

En esos años, y al menos hasta finales del siglo pasado, la posibilidad del fallecimiento del exfutbolista era escasa así como la de Ali, boxeador que también fue uno de los deportistas cuya trayectoria trascendió a la sociedad durante las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado.

Pelé fue ídolo planetario a partir de 1970, cuando con Brasil conquistó el tercer título mundial. Ya había formado parte de las plantillas ganadoras en 1958 y 1962. Ali ganó medalla olímpica de oro en Roma (1960), y en profesional fue campeón, con una vida de película que llenó muchísimos reportajes en la prensa escrita y audiovisual.

Así que se imaginan a lo largo de los años que el buen Marcial, de vez en cuando al conocerse en la redacción que un día determinado, la primera página de Meridiano no sufriría cambios por “órdenes de arriba” (el director, el subdirector, el presidente de la empresa) gritaba a viva voz la famosa frase:

NO CAMBIA LA PORTADA A MENOS QUE MUERA PELÉ O MUHAMMAD ALÍ

Lamentablemente, Marcial falleció en 2009, así que no le alcanzó su tiempo vital para al menos leer como Ali murió un viernes por la noche en 2016. Para ese entonces yo estaba encargado de deportes en la edición nocturna de Últimas Noticias y en la contraportada coordiné el cambio para reseñar la muerte del exboxeador. Esa vez no se instruyó previamente sobre no rehacer la última página.



Así recordé a Marcial, cuyo nombre nada dice en la redacción donde permaneció por tantos años. El periodismo es una profesión para el olvido y los puestos desocupados están listos para ser cubiertos por el que sigue a menos que se “congele” el cargo y nadie más lo llene.

En el momento de decir adiós a la presencia terrenal de Pelé, evoco lo que significó el deportista para los medios impresos y audiovisuales desde 1958 hasta 2022 y a un corrector que divulgó un dicho muy empleado dentro de las redacciones en la plenitud de la popularidad de estos grandes personajes del siglo XX. El exfutbolista falleció en la tarde, hora de Venezuela, así que en esta parte del mundo no fue un rayo al filo de la medianoche ocupando el mayor espacio en las portadas de diarios y medios deportivos de todo el mundo.


viernes, 3 de junio de 2022

El fin de Radio Caracas Televisión 

comenzó "Por Estas Calles"



Artículo escrito por un joven redactor en el diario Meridiano, 1993.



 
En  estos días, más específicamente el 27 de mayo, se recuerdan los 15 años del cierre de Radio Caracas Televisión como canal de televisión en señal abierta. Por órdenes del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, emitida en diciembre de 2006, quedaba sin efecto la concesión que le permitió a Radio Caracas emitir contenido audiovisual, medida ejecutada por el Ministerio de Comunicación e Información. Chávez aprovechó el fin del permiso que otorgaba el estado para sacar del aire a un "enemigo", como calificó en medio de las tensiones en torno a su mandato.

Hay mucho que decir al respecto a 15 años de este hecho, que marcó un antes y un después en los medios de comunicación venezolanos. Fue el inicio de una arremetida contra los medios críticos a la gestión de Chávez y su sucesor. También determinó la reducción de información para el público, la debacle de los periódicos, emisoras y radio y el resto de los canales de televisión en señal abierta. Un ejemplo, entre tantos, lo fue el cierre de 34 radios y televisoras regionales el 1 de agosto de 2009, esta vez por órdenes de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). 

Pero si nos vamos a 1992, allí se pueden encontrar el primer antecedente de lo que significó a la larga el fin de Radio Caracas Televisión.

El 3 de junio de ese año, el canal transmitió el primero de los 591 capítulos, según Wikipedia (1) de una novela que marcó historia en la televisión venezolana: "Por Estas Calles".

En una época llena de conflictos, cuyo primer detonante fue el intento de golpe de estado el 4 de febrero, dirigido por Hugo Chávez, la telenovela, que pretendió reflejar el realismo en distintas capas de la sociedad venezolana contó con una gran sintonía, especialmente por los muchos televidentes descontentos con la situación del país y con el sistema político vigente.

Don Rating

Siguieron pasando eventos de impacto en ese año 1992 y al pasar de los días, la telenovela, que presuntamente reflejó varias situaciones (especialmente la corrupción) de la población venezolana así como de sus élites, se convirtió en una especie de noticiero televisado, especialmente a partir del año siguiente y cuando el creador, Ibsen Martínez, renunció al puesto poco antes o después del centésimo capítulo. 

Pero ciertamente, la sintonía era algo pocas veces visto en la historia de la televisión venezolana. Con números en mano, Radio Caracas Televisión puso "toda la carne en el asador" con "Por Estas Calles", arriesgaron perder derechos exclusivos de otras transmisiones y hasta paralizaron la creación y producción de otras telenovelas

El Deporte no importa


Radio Caracas Televisión tenía para entonces los derechos de la transmisión del beisbol profesional venezolano y el baloncesto profesional, dirigido por la Liga Especial de Baloncesto. El primero de ellos con una gran tradición y sintonía creciente. El segundo iniciando su tercera década en auge y viviendo grandes momentos internacionales con el triunfo en el Suramericano de Valencia (1991) y el segundo lugar en el preolímpico de Portland (1992) que proyectó a la selección a la sociedad y tuvo como héroes a jugadores como Carl Herrera, Iván Olivares (luego Yván), Rostyn González, Gabriel Estaba y otros que un avezado aficionado al deporte de la época los puede nombrar como si fuera ayer.

En algún momento, coincidieron la transmisión de algunos de estos hechos deportivos con los capítulos de las novelas, cuyo horario estelar era de nueve a diez de la noche. Allí comenzaron los problemas, porque la planta decidió interrumpir el juego de beisbol, o transmitir el baloncesto en diferido, luego del noticiero estelar.

Para la campaña de beisbol profesional 1992-93, estaba en mi primera temporada como redactor de beisbol en el diario Meridiano. Por eso, ante esas circunstancias escribí el artículo que inicia esta entrega. Víctor José López, jefe de redacción del diario, después de ser testigo como televidente de lo que pasaba y percibiendo el descontento me sugirió la idea.

Los aficionados al beisbol se molestaban mucho al iniciarse el segundo tercio del juego, porque el canal interrumpía la transmisión del evento deportivo. Luego de las 10 de la noche, el juego estaba en su etapa final. Se asume que la novela tenía una sintonía más significativa, tanta que una vez César Díaz, narrador del canal y compañero en la redacción, nos confesó algo así:
- "Por Estas Calles" la van a transmitir hasta que ya no se pueda más.

Fue una sentencia que seguramente llegó a oídos de los ejecutivos del beisbol, quienes veían atónitos como la final del beisbol era vista de modo fragmentado.

Cambio de canal

En 1993, la Liga Especial de Baloncesto hizo una artimaña jurídica para salirse del contrato con Radio Caracas Televisión. Desapareció como entidad jurídica y crearon, para empezar de nuevo y acercarse entonces a Venevisión, la Liga Profesional de Baloncesto

El beisbol no cambió de entidad, pero también acordó con Venevisión y Televén. Así, de un año a otro Venevisión consiguió los deportes más populares para ser transmitidos a través de su señal.

"Por Estas Calles" continuó hasta el 31 de agosto de 1994, pero nunca más Radio Caracas Televisión transmitió baloncesto, ni beisbol. 

La historia más reciente es conocida. En 1999 ascendió Hugo Chávez al poder, con parte de su discurso similar a las críticas que la novela hacía sobre la democracia representativa, llamado también "antipolítica". Años después, los nuevos poderes la emprendieron contra el canal hasta su salida al aire.

Un intento a través de televisión por cable (Rctv Internacional) duró poco, ante la presión de Conatel, que conminó a las cableras para sacar al canal a riesgo de perder la posibilidad de transmitir. Ante la posibilidad de perder todo por una estación, todas aceptaron las nuevas condiciones.


Fue apenas el primero de las estaciones audiovisuales que salió del aire por la acción gubernamental, pero fue la más impactante por la trascendencia de Radio Caracas Televisión en la historia de la comunicación venezolana. Las plantas televisivas, con las diversas crisis, dejaron de invertir, se vinieron a menos y los talentos fueron emigrando. La publicidad, principal fuente de ingresos mermó con la estrepitosa desaparición de anunciantes, algunos de estos amenazados por el gobierno si pretendían apoyar a algún programa que no gozara de su aceptación. 

Así, la apuesta de Radio Caracas Televisión con "Por Estas Calles" les salió muy bien en dividendos producto de la altísima sintonía y anunciantes. Pero a la larga perdió.

Es muy probable que de haberse renovado la concesión, el destino de Radio Caracas Televisión iba a ser el mismo de Venevisión: puros programas repetidos a través de series como El Chavo, el Zorro o Hechizada. Las televisoras nacionales redujeron personal y las producciones en general bajaron el ritmo de antaño. Esto junto al desarrollo de redes sociales y otros fenómenos alejaron al gran público de la pantalla televisiva tradicional.

En este libro recogieron testimonios del cierre de Rctv



Porque el huracán de la "hegemonía comunicacional" arrasó a todo lo que significó el medio de comunicación masivo tal y como lo conocimos hasta inicios de este siglo.


(1). Hay otra versión que señala 627 capítulos y que comenzó unos días después. 




viernes, 18 de marzo de 2022

La inmensidad del estadio Universitario


Aviso publicitario en Últimas Noticias

A Omar y José Armando Picón


Poco después de cumplir siete años, no tenía una idea clara de lo que vería el domingo 19 de marzo de 1972 en el enorme estadio Universitario. Primera vez en mi vida que presenciaría un juego de beisbol profesional, acompañado de mi padre y mi hermano mayor, que además no estaba en la programación regular de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional

Fue de las Grandes Ligas.

No formó parte de un encuentro oficial. Era una gira de pretemporada que hicieron los equipos Piratas de Pittsburgh y Rojos de Cincinnati. Un buen tiempo después, a finales de esa década cuando me interesé en leer sobre beisbol, supe que Piratas había ganado la Serie Mundial del año anterior. Y Cincinnati era una potencia que se conoció pronto como "La Maquinaria Roja". 

La inmensidad


Para ese niño todo, absolutamente todo era enorme. El terreno, las tribunas, la cantidad de personas... Nunca había visto tanta gente en un mismo lugar. Tal vez cuando me llevaron a una exhibición aeronáutica en Maracay, en la que mi mamá me atajó porque me quería montar en un helicóptero. 

A ratos no podía ver lo que pasaba en el campo (estaba ubicado por la tribuna y en la tercera base) cuando las personas se ponían de pie, gritaban a más no poder y me tapaban la visión del terreno. También lanzaban cervezas como locos. No me mojé y pienso ahora que mi papá y mi hermano tomarían las medidas pertinentes que ahora no puedo recordar.

Sobre beisbol apenas sabía que se debía batear y correr las bases hasta la goma, pero sin detalles del cómo hacerlo. A esta altura conociendo más la disciplina creo que aprendí mucho del deporte para la edad. También me parecía que los diminutos bateadores alzaban el madero como si fueran a tumbar un ave del cielo. No recuerdo ver una pelota desde el montículo hasta el home. Una esférica amarillenta (para mí) en un día soleado era algo invisible pero algunos magos parados al lado de un jugador que estaba agachado y esperaba el lanzamiento, lograban conectarla para el delirio de la gente que gritaba.

Los ídolos 

También recuerdo la alegría en el estadio cuando el anunciador emitía: 
- Bateador de turno: Víctor Davalillo.
Se entusiasmaban aunque con menor intensidad cuando se nombraba a David Concepción y a "Pit Rouse" (Pete Rose). Recuerdo los nombres de Clemente (sin Roberto), Pat Corrales, quien dirigió en las Mayores, y Manuel Sanguillén.

El resultado del juego no fue importante para mí ese día (la verdad, nunca), aunque sí me pareció sentir más simpatía por Cincinnati, ratificada años después al tener a Concepción como mi pelotero favorito y sus equipos de toda su trayectoria profesional: Tigres de Aragua y Rojos. 

Al terminar el juego, y luego de oír por primera vez términos como "inning", "jonrón", "out", "fly", "rolling" por parte de los expertos en lo que estaban viendo, Omar le pidió a mi papá permiso para que bajáramos al terreno y fue concedido. 

Eso parecía el recreo en un colegio grande. Había cualquier cantidad de niños de todas las edades corriendo sin sentido en ese terreno. Me paré en el home y vi a kilómetros las gradas, la zona donde la pelota iba de jonrón. Caí en cuenta de lo impresionante que era la fuerza de los peloteros para llevar tan lejos una bola tanto como Hércules o Maciste, los forzudos personajes de las películas de aventuras mitológicas en la época.

Coroné ese inolvidable domingo parándome en el home, para dar un imaginario batazo de hit a cualquier parte de los jardines. Corrí hacia primera base y creo que tardé como un cuarto de hora para alcanzar la inicial. A los siete años no estaba preparado para ser más rápido que Davalillo, Clemente o Concepción. Ni a los 10, 15 o 25 años pero ese día lo intenté. "Yo puedo, yo puedo, yo soy rápido", pensaba en la interminable ruta del home a la inicial.



No creo que tuve un amor a primera vista con el beisbol, aunque sí me relacioné con la afición deportiva en general. Por años presumí de que el primer juego visto por mí fue de Grandes Ligas y sacaba a relucir que fui testigo de la acción de esas leyendas aunque no lo supe ese día. Dos décadas después, por razones de trabajo, exactamente en 1992, viajé en helicóptero en representación del diario Meridiano para entrevistar a David Concepción. 

Ahora me encanta recordar las impresiones de un niño ante la grandiosidad de una edificación representativa de la ciudad, y con quienes compartí esta experiencia inolvidable, en el mes en que ambos, con un año de diferencia, dejaron de estar con nosotros. 

Gracias por llevarme al estadio.