Cuando comenzó la Serie Mundial de 2001, el
mundo todavía estaba conmocionado por los acontecimientos del 11 de septiembre.
Las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio fueron destruidas y eso
obligó a postergar por una semana la actividad de las Grandes Ligas, así como
otros eventos deportivos.
Recuerdo que la pelea entre
Bernard Hopkins y Félix "Tito" Trinidad por la unificación de los
títulos medianos se hizo dos semanas después en el Madison Square Garden, un
templo del boxeo a lo largo de su ilustre historia.
Yankees de Nueva York
intentaba ganar su cuarta serie mundial consecutiva. Luego de batir a Bravos de
Atlanta, Padres de San Diego y Mets de Nueva York, tuvo esta vez un rival que
terminó con la dinastía apoyado en dos grandes lanzadores, que trabajaron como
unos burritos de carga.
Aunque el beisbol es un
deporte de equipo y todos aportan, la parte más destacada fue protagonizada por
dos lanzadores: Randy Johnson y Curt Schilling.
Entre ambos ganaron los
cuatro juegos que necesitó Diamondbacks de Arizona. Tres los ganó Johnson y uno
Schilling, este último además perdió uno y abrió tres de los juegos de la Serie
Mundial, algo inusual cuando la rotación de lanzadores iniciantes cambió de
cuatro a cinco y en consecuencia los días de descanso entre jornadas subieron
de tres a cuatro.
La historia registra que
dicha serie llegó al máximo de siete desafíos, y en el último terminó con un
sencillo de Luis González en el noveno inning que trajo la carrera con la cual
Diamondbacks dejó en el terreno a Yankees y se llevó el clásico.
A la posibilidad de ver a Yankees ganar por cuarto año
consecutivo se le opuso esa aureola de grandes guerreros del montículo generada
por Johnson y Schilling. Y la oficina de redacción se llenaba de personal de
seguridad durante los juegos, así como de otros departamentos de los que
estaban por el edificio del Bloque Dearmas a esas horas de la noche. Recuerdo
la emoción de todos allí, porque la mayoría ligaba a Arizona, por el
romanticismo que generó al tratar de vencer a esa maquinaria que fue Yankees en
esa época, con Derek Jeter, Mariano Rivera, Jorge Posada, Paul O‘ Neill (quien
se retiró al terminar esa temporada), Bernie Williams, Róger Clemens, Mike
Mussina y otros.
Un año excepcional
Y lo hicieron. El último
juego fue lanzado por ellos dos. Y por votación compartieron el premio como
jugador más valioso.
Foto fusilada de Google-Getty Images. |
Con el tiempo me di cuenta de varios detalles
que me parecieron curiosos de esa campaña.
- Fue la primera Serie Mundial que culminó en
noviembre. Ahora es más común por la extensión de la postemporada, una vez
añadido el desempate por el comodín. Pero en 2001 fue por la suspensión por una
semana de toda actividad inmediatamente a los acontecimientos del 11 de
septiembre.
- Fue el colofón de una gran temporada para las
Grandes Ligas. Veamos.
- Ese año se retiró el campocorto y tercera base
Cal Ripken, una leyenda del deporte que ganó un lugar en el Salón de la Fama
cinco años después. Ripken dejó un registro de 2 mil 632 juegos consecutivos en
la alineación, entre otros grandes logros.
- Barry Bonds pegó 73 cuadrangulares, récord en
un temporada regular. Si bien su rendimiento fue posteriormente cuestionado por
sus sospechas de consumir sustancias que favorecieran su rendimiento, en ese
año causó asombro.
- Sammy Sosa dio más de 60 jonrones por tercera
vez y eso nadie lo volvió a hacer. También sufrió lo mismo que Bonds.
- Rickey Henderson arribó a tres mil imparables
en su ilustre carrera.
- El japonés Ichiro Suzuki debutó ese año con
Marineros de Seattle para convertirse en Novato del Año y Jugador Más Valioso
en la misma temporada. Suzuki casualmente llegó a la mágica cifra de tres mil
hits este año.
- Y aprovecho para recordar que Marineros, el
equipo de Suzuki en 2001, ganó ¡116 juegos!, algo que tampoco volvió a ocurrir.
De eso pasaron 15 años.
Ahora el pitcheo de Indios de Cleveland, diezmado por lesiones, cuenta con
Trevor Bauer y Corey Kluber para intentar repetir en la Serie Mundial 2016, lo
que hicieron Johnson y Schilling. La tienen difícil.