La noche de un agitado día
Para el deporte venezolano, la medalla de oro de Rubén Limardo en
los Juegos Olímpicos de Londres 2012 fue uno de sus grandes momentos.
Fue la segunda vez en la historia del deporte
nacional, que uno de sus representantes subía a lo más alto del podio. Por eso
desde cuando Francisco “Morochito” Rodríguez lo consiguió en el
boxeo, teníamos que escribir los periodistas en cada trabajo sobre el tema, la
letanía que “la única medalla de oro...”.
Hasta ese 1 de agosto de hace cuatro años.
La hazaña fue en la tarde hora de Venezuela, y
por supuesto en Londres fue en la noche por la diferencia de horario. Mi jefe Hugo René Chávez iniciaba ese día
sus vacaciones y se encargó de la sección deportiva de Últimas Noticias Rafael Vielma.
Tremendo comienzo
Casualmente, yo culminaba mis vacaciones y me reintegraba a mis
labores.
Estaba con mi familia en un restaurant (cuando
se podía) y al fondo veía unos esgrimistas combatiendo. Afinando la vista con
mis anteojos visualicé el nombre de Limardo y la banderita de Venezuela.
Pero en ese momento no sabía que era por la
disputa de la máxima presea.
Hasta que noté a las personas más cercanas a la
pantalla se ponían de pie, hubo un silencio extraño y alguien de ese grupo
mencionó la palabra mágica, como la de cualquier conquistador español o europeo
en estas tierras cuatro o cinco siglos atrás: oro.
Ahí fue cuando me percaté de lo que
venía y pensé tanto en Vielma como en la redacción de deportes de Grupo Últimas Noticias, cuando todavía
era Cadena Capriles, y teníamos
cuatro meses en la urbanización La Urbina como nueva sede.
Movimiento en todas las
líneas
Cuando llegué, había un correcorre en la sección deportiva de Últimas Noticias y en Líder, porque desde Londres, las
corresponsales Eumar Esaá y Vanessa Fereira, vivieron su particular
momento. Eumar contó que “fue muy emocionante la jornada, porque yo era muy
cercana al entorno familiar de Rubén, especialmente con su mamá y su tía”. Y
por esas cosas de la vida, esta vez no pudo disfrutarlo tanto por el vínculo afectivo.
En efecto, la modernidad periodística tenía
otras exigencias menores a 1968, que tenía prensa, una televisión aún no especializada en deportes, la radio. Por supuesto cero internet y redes sociales. “Tenía que estar mandando tuits y video
entrevistas con el Ipad, porque allí también estaba Eduardo Álvarez como máximo
dirigente deportivo y hasta Pastor Maldonado” en referencia al piloto de
Fórmula Uno que en mayo de ese año ganó por primera y única vez una competencia
en la máxima categoría del automovilismo. También fueron objeto de atención
periodística los compañeros en la disciplina de Limardo, Alejandra Benítez y
Silvio Fernández.
Por cierto, ese día también estaba de guardia Vielma, quien a final de 2012 se ganó un diploma por su presencia en
eventos deportivos, que en nuestra lengua se conoce como “Rayo”.
Eumar y Vanessa estuvieron juntas en el momento
que ganó Limardo por cosas del destino. A Fereira le habían robado documentos
y dinero y no quería ir sola a cubrir la pauta inicial. En una jugada prudente
acompañó a Eumar y “menos mal porque el gran trabajo estaba aquí” recordó
Esaá, quien ahora destaca en @telocuentonews
y otros medios digitales.
… y sin comer
Ambas se levantaron a las siete de la mañana de
ese día. Y solo porque el dirigente “Chicho” Gastón prestó auxilio se salvaron
de fuertes ataques de hambre. “La distancia entre el centro de prensa, el sitio
de competencias y el comedor hacían difícil que uno pudiera comer y hacer el
trabajo” precisó Eumar.
De allí que
la parte de la alimentación la cubrió Gastón quien “contrabandeaba” cambures,
manzanas y barras dietéticas que ayudaron a las periodistas a soportar el rigor
de la extenuante jornada.
“Finalmente
terminamos como a las tres de la mañana. Recuerdo que escribí unos ocho mil
caracteres ese día” detalló la periodista, quien corrió como una maratonista junto a Vanessa.
¿Las Grandes Ligas? Lo normal
Porque muchos kilómetros en otro continente, en
la redacción de Últimas Noticias y Líder el frenesí era tremendo cuando llegué
en mi horario habitual. Sentí que mi presencia nocturna era totalmente inocua pensando en la jornada del beisbol de las Grandes Ligas.
Dos horas después, Vielma me entregó el testigo y solo me dijo, con el
cansancio visible en su rostro, debido al estrés del día:
- Pones aquí los juegos de la noche. Y no te
preocupes por la última página. Limardo saldrá como póster.
Esto solo ocurre en días especiales.
Así procedí, pero
sentí que si me hubiera quedado en casa daba lo mismo, porque la atención de
Limardo en los medios venezolanos fue única. Como bien lo recordó el diario Líder en este video dos años después: