domingo, 22 de enero de 2017

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10 años de la increíble remontada



La tarde-noche del 28 de enero de 2007, Tigres de Aragua hizo una de las hazañas más espectaculares para terminar con un campeonato.
Prácticamente, desde el No Hit No Run de Urbano Lugo que coronó a Leones del Caracas sobre Tiburones de La Guaira en 1987, no ocurría algo tan espectacular.

Fue en el estadio José Pérez Colmenares de Maracay y el juego comenzó con los felinos con ventaja de tres juegos a uno en la final. Aragua se había impuesto en los dos primeros duelos de Valencia y el primero de tres en Maracay. Magallanes ripostó en el cuarto y se vio enorme cuando llegó el cierre de la novena entrada del quinto juego, arriba en la pizarra 10-3 luego de facturar cuatro carreras en la parte de arriba de ese episodio.

Desde el televisor

Esa noche no me tocó guardia, así que fui testigo en esta ocasión como aficionado. Y esa es seguramente la razón por la cual fue más asombrosa esta experiencia para mí.
Cuando se está en la oficina de redacción, cualquier periodista puede quedar impactado ante el hecho, pero en la mayor parte de esas experiencias manda más el cerebro y se está pendiente de culminar los procesos de la redacción, de titular, esperar los textos de los enviados especiales, seleccionar las fotos, ajustar el boxscore y muchos otros detalles para darle al lector lo mejor posible para el día siguiente.

Con una hija con algo menos de año y medio entonces, en la casa intentábamos acostarnos poco después de las siete de la noche, como parte de acostumbrarla a un sueño rutinario en horas más adecuadas para su edad.

Pero -esta vez como aficionado- quería ver el último out del juego, pensando que la final regresaba a Valencia con um Magallanes que parecía envalentonado, listo también para una gran hazaña, tanto o más difícil que la de Aragua. Navegantes intentaba ser el primer equipo que en una final de beisbol profesional obtenía dos triunfos después de perder los tres primeros.

Aupando a los felinos, me conformaba si Aragua hacía unas dos o tres carreras, como para demostrar que sus ánimos estaban intactos, y listos para lograr el título en Valencia. Le quedarían dos fechas para lograrlo y con la ventaja inicial de tres juegos a cero, no pensaba que Magallanes repitiera lo que hizo Medias Rojas de Boston ante Yankees de Nueva York en 2004. Aquella vez Boston ganó cuatro juegos luego de perder los tres primeros en la serie de campeonato de la Liga Americana de las Grandes Ligas.

Solo ante el peligro

Para ese noveno inning, el colega Agustín Rodríguez estaba de guardia. Y Rafael Vielma (simpatizante magallanero)  lo llamó cuando Aragua fue a batear el noveno inning para decirle: "No hará la guardia con el fin del campeonato". Y así mismo pensaba Agustín, quien me confesó recientemente que quería irse temprano a casa esa noche.

"El juego de por sí era largo", recordó Rodríguez sobre ese choque. Él también quedó sorprendido como todos ante la ineficacia del pitcheo magallanero y el ímpetu felino. "Al final salí tardísimo" finalizó con el recuerdo de lo que fue una noche pesada.

Pero para mí, aupando a Tigres que se iba acercando en el marcador, lo que veía era realmente espectacular. Al igual que los testigos del estadio y los que seguían a través de la televisión, nos costaba creer lo que estaba sucediendo.


Dos versiones del clímax (Meridiano TV y Venevisión) la pueden encontrar aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=ojbMQejnOq0 narrado por el siempre bien recordado Humberto Perdomo (+) y

https://www.youtube.com/watch?v=DbPbmbeL3Ic descrito por Fernando Arreaza @arreazaortega con su calidad y excelente sentido de la interpretación del momento deportivo.


Cuando Álex Romero pegó el inolvidable doblete barrebases, comencé a pegar brincos de alegría en la cama mientras mi hija se vio extrañada como si hubiera enloquecido al momento que José Gregorio Martínez, el anotador de la rayita decisiva, se zambulló en la goma. A mi esposa le expliqué como Tigres ganó este juego, y por lo tanto el campeonato. Y de paso le puso una  gorra tigrera a la niña para enviárselas a unas amistades magallaneras para atormentarlas. 
         La adrenalina hizo su trabajo y esa noche me dormí un buen rato después, casi como si hubiera estado de guardia.


Así tituló Últimas Noticias la mañana siguiente:




Como no se menciona allí el racimo de ocho carreras en el noveno episodio, asumo que un espíritu magallanero se apoderó de la escritura. Afortunadamente las crónicas de Alfredo Villasmil (@ElVillasmil024) en Últimas Noticias como las de Carlos Valmore Rodríguez (@CarlosValmore)  e Ismael Granadillo (@iGranadillo) en el diario Líder en Deportes reflejaron el espíritu de la hazaña ese 28 de enero, (publicado por supuesto al día siguiente) hecho del cual se cumple una década.

Para los detallistas

Jugada por jugada.
Noveno inning. Lanza Jean Machí.
Ronny Cedeño da sencillo. Álex Romero recibe boleto.
Luis Maza da un doble por el jardín central, anota Cedeño (10-4) y Romero queda en tercera base. Álex Núñez da un hit por el campocorto y anota Romero (10-5). Maza en tercera base.
Sale Machí y lanza Germán Meléndez.
Grégor Blanco recibe boleto y se llenan las bases. Luis Rodríguez out por elevado al jardín izquierdo.
Sale Meléndez y lanza Paúl Estrada.
Miguel Cabrera recibe boleto, anota Maza (10-6). Ramón Hernández recibe boleto, anota Núñez (10-7).
Sale Estrada y viene a lanzar José Rodríguez.
Randall Simon recibe base por bolas, anota Blanco (10-8). José Gregorio Martínez entra a correr por Simon.
Ronny Cedeño recibe strikeout, dos outs.

Álex Romero da doble entre los jardines derecho y central, anotan Hernández (10-9), Cabrera (10-10) y Martínez (10-11)


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